jueves, 18 de septiembre de 2014

SIERRA, JUAN CARLOS  (2013)

LA GENERACIÓN DEL 50 PARA NIÑOS Y JÓVENES

MADRID: EDICIONES DE LA TORRE.

FLORA JORDÁN

La generación del 50 es siempre la gran olvidada en las clases de Lengua y Literatura. Por este motivo, La generación del 50 para niños y jóvenes (Ediciones De la Torre) es una antología necesaria desde el punto de vista pedagógico. En nuestras aulas, en general, la generación del 98 y la del 27 eclipsan al llamado Grupo del 50 (que, además, se suele estudiar a finales de curso, cuando ya no queda mucho tiempo). Esta antología es una reivindicación de la lectura de los poetas de esta generación como Ángel González, Jaime Gil de Biedma o Francisco Brines, destinada al público más joven.

No es la primera vez que Juan Carlos Sierra publica una antología. La primera fue Los lunes, poesía, cuyo título remite al día de la semana que el autor, y también profesor, utilizaba para recitar, disfrutar y entusiasmar a sus alumnos a través de la lectura de diversos poemas. En esta segunda antología, La Generación del 50 para jóvenes y niños, hace un ejercicio impecable de selección de autores y de obras. El resultado es un libro que recoge los poemas más emblemáticos de este período sin perder la diversidad y los diferentes matices y temas que caracterizan a la Generación del 50.

Por un lado, es importante señalar la inclusión de autores como Gloria Fuertes, Francisca Aguirre o Fernando Quiñones. Hay que hacerlo porque en ocasiones no han gozado del mismo status que otros nombres reconocidos del mundo literario de la época. La calidad y la expresividad de sus versos llegan a límites insospechados y resultan hoy tremendamente actuales, como estos versos de Gloria Fuertes del poema Aviso a los gobernantes del mundo: “Me dirijo a Vuestras Ilustrísimas/ para deciros que en mi barrio hay peste, / que se han venido todos los mendigos/ a refugiarse bajo el puente roto/”.

Por cuestiones de formato, hay algunos poetas que se han quedado fuera de la nómina en esta antología. Es el caso de María Victoria Atencia, Julia Uceda o Felipe Sahagún, pero hay que recordar que este libro funciona como una aproximación a la Generación del 50 para un público muy joven. Por ende, la extensión de la obra no permitía estas incorporaciones.

Finalmente, es esencial valorar la figura del profesor-investigador o profesor-humanista que Juan Carlos Sierra encarna. Muchas veces, los profesores no vemos más allá del aula, de las programaciones, del libro de texto y Juan Carlos Sierra trasciende todos estos límites. Intenta llegar al alumno a través de los textos y activa su parte más emocional y afectiva. Hay que ensalzar a este tipo de profesores que, a pesar de todas las dificultades a las que se enfrentan cada día, trabajan, investigan y publican libros, como éste, que con total seguridad cambiará la forma de leer poesía y la recepción del fenómeno poético de muchos jóvenes en nuestro país.











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